
La ciudad más curiosa de Italia tiene una cascada interior y villas romanas con su jardín intacto
Desde Roma hasta Florencia, Italia está llena de ciudades espectaculares y llenas de encanto. Uno de estos destinos es Tívoli, que destaca por estar rodeado de villas Patrimonio de la Humanidad y preciosas cascadas.
Italia es uno de los destinos preferidos de los viajeros españoles. Más allá del encanto de Roma, con su imponente Coliseo, y de la bella Florencia, con sus jardines secretos, este país mediterráneo ofrece opciones para todos los gustos, desde quienes quieren comer los mejores platos de pasta, hasta para aquellos que prefieren hacer una ruta por los Alpes italianos. Si lo que te gustan son los destinos de postal, entonces tienes que visitar Tívoli, una ciudad italiana cuya belleza enamora a todo el que pasea por sus calles.
Los motivos por los que Tívoli es de las ciudades más bonitas de Italia
A menos de una hora de Roma, Tívoli destaca como uno de los destinos más bonitos de la región de Lacio. Acariciada por el río Aniene, la naturaleza envuelve esta pequeña ciudad de apenas 50.000 habitantes y llena los alrededores de bosques y cascadas.
Caminar por sus calles es como revisitar la historia del país. Las avenidas serpentean entre edificios de piedra y restos de ruinas, que atestiguan el paso por la ciudad de civilizaciones que ya hace tiempo se extinguieron. El pasado parece afincado aquí y no es de extrañar, pues se trata de una ciudad más antigua que Roma.
Mientras que la Ciudad Eterna fue fundada en el año 753 a.C por el mítico Rómulo, Tívoli ya existía en el año 1215 a.C., pues se cree que se trataba de una colonia siciliana que data de la Edad del Hierro. La ciudad, que fue motivo de numerosas guerras entre los romanos y los pobladores originales de la región, a día de hoy se encuentra llena de restos romanos, como Villa Adriana, una pequeña ciudad en ruinas que contenía palacios, termas y templos y que, a día de hoy es Patrimonio de la Humanidad.

En este precioso rincón al norte de Roma, la historia y la naturaleza se entrelazan dando lugar a paisajes de postal como el de Villa Gregoriana. Aquí, la frondosa vegetación recubre cuevas y ruinas e incluso parece interrumpir el descenso de la espectacular cascada, que mide 120 metros de alto. El bramido del agua y el rumor del viento colándose entre las copas de los árboles y los arcos de piedra hace del lugar un oasis de tranquilidad y uno de los lugares más bonitos de esta ciudad italiana.
Qué ver en Tívoli
Pero Tívoli no es solo villas antiquísimas llenas de historia. Justo en el centro encontramos un conjunto arquitectónico mucho más moderno, aunque igual de bonito. Hablamos, como no podía ser de otra manera, de la Villa de Este: un complejo palaciego de estilo renacentista en el que los preciosos edificios palidecen ante el esplendor de los jardines.
Esta joya, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2001, tiene en el centro una imponente fuente dedicada a Neptuno. El cielo se refleja sobre el agua, haciendo que la superficie azulada contraste con el verde brillante de la vegetación de los alrededores. Los jardines, de estilo manierista, mezclan la belleza de la arquitectura italiana con la naturaleza más viva, dando como resultado una imagen muy difícil de olvidar.

Justo junto a la villa se encuentra la iglesia de la Santa Cruz, magnífico ejemplo de la transición entre el renacimiento temprano y el tardío. No permitas que la austeridad del exterior te engañe y déjate sorprender por su riquísimo interior, en el que las preciosas pinturas al fresco del techo compiten por la atención con las decoraciones del suelo.
No es necesario salir del casco histórico para seguir disfrutando de rincones preciosos. Date un momento para pasear por el entramado de calles, cuyo estilo recuerda al de los pequeños pueblos de la Toscana. El centro, lleno de restaurantes locales y pequeñas tiendas, es uno de los lugares más encantadores de la ciudad, donde puedes disfrutar del ambiente italiano más auténtico.
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