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Tiene un palacio real convertido en parador: este pueblo es la joya medieval de Navarra

Un palacio real convertido en parador, galerías subterráneas y antiguas murallas: así es Olite, una joya medieval en el corazón de Navarra
Olite es una pequeña ciudad situada en Navarra: un destino con aires medievales, rodeado de murallas, donde puedes dormir en un verdadero palacio real.
Navarra es una comunidad de contrastes, que oculta desde cascadas espectaculares hasta castillos medievales. En el corazón de Navarra, a tan solo media hora en coche de Pamplona, se esconde una joya medieval, de calles empedradas. Se trata de Olite, una ciudad preciosa donde el pasado sale a buscarte en cada calle. Aquí se encuentran las murallas romanas mejor conservadas de la región, además del único Parador de Navarra, que se encuentra en el interior del Palacio Real de Olite.
Un parador dentro de un palacio real
Construido en el siglo XV, el Palacio Real de los Reyes de Navarra está formado por dos partes diferenciadas: el Palacio Nuevo, cuyas estancias pueden visitarse con una visita turística, y el Palacio Viejo, que a día de hoy alberga en su interior el Parador de Olite.
Al cruzar las puertas de este hotel, construido en el ala más antigua de la fortaleza que un día habitaron los reyes de Navarra, los huéspedes se embarcan en un viaje en el tiempo. Por fuera, las altas almenas cubiertas de hiedra amenazan con tocar el cielo. En el interior, muebles de madera maciza tapizados con ricas telas estampadas hacen que quienes se alojan allí se sientan como verdaderos nobles.

Todo aquí está cuidado al detalle para que el equilibrio entre clasicismo y modernidad sea perfecto. La tranquilidad se respira en cada rincón, desde las paredes cubiertas de tapices hasta las ventanas que nos regalan vistas a los viñedos de la región. Olite espera fuera, precioso y majestuoso, pero merece la pena darse un momento para pasear e imbuirse del ambiente regio.
Por desgracia, este parador dentro de un palacio se encuentra en obras en este momento y no reabrirá sus puertas al público hasta marzo de 2026. No obstante, aún puedes visitar el Palacio Nuevo y conocer la historia de esta fortaleza que se ha ganado a pulso el ser el monumento medieval más importante de Navarra.
Qué ver en Olite, la joya medieval de Navarra
Más allá del Palacio Real de los Reyes de Navarra, que es la joya de la corona de la localidad, las calles de Olite están repletas de lugares que merece la pena visitar. Al fin y al cabo, este es uno de los municipios con más historia de España: fue fundado por Suintila, rey visigodo, en el año 621 d.C. Ya mucho antes los romanos construyeron fortificaciones aquí, aunque sería en el medievo cuando Olite florecería gracias al comercio.
En honor al monarca que mandó erigir el castillo se construyó la plaza de Carlos III. Esta plazoleta alargada tiene el palacio a un lado, pero ese no es su único atractivo. Aquí también se encuentra el Ayuntamiento, que construido en piedra beige imita el estilo de una casona noble, y la Torre del Chapitel, junto a una antigua puerta de acceso a la ciudad.

No nos cabe duda de que, al caminar por las calles de Olite, te empaparás de su ambiente medieval, que ha logrado resistir el arrollador paso del tiempo. Los callejones estrechos, rodeados de casas de piedra decoradas con estandartes, te acabarán llevando hasta los rincones más emblemáticos de la villa, donde es fácil imaginarse carruajes y justas de caballeros.
Uno de esos lugares es la plaza Teobaldos, dominada por la impresionante figura de la iglesia de Santa María la Real. Este templo gótico destaca por su recargada portada, llena de motivos vegetales, figuras de santos y escenas bíblicas. En el interior destaca el rico retablo, elaborado por Pedro de Aponte en el siglo XVI, en estilo renacentista. Una vez vista la iglesia, sigue paseando hasta toparte con la muralla romana, que data del siglo I y de la que aún se conservan doce torres en pie.
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