Parece Malta, pero es la isla más bonita del mar Mediterráneo y la Laguna Azul es su secreto mejor guardado
Laguna azul en Comino. Foto : Pixabay

Parece Malta, pero es la isla más bonita del mar Mediterráneo y la Laguna Azul es su secreto mejor guardado

Una isla de solo cuatro habitantes y un hotel vacío casi todo el año. Comino, la pequeña hermana de Malta, tiene playas azulísimas y fotogénicas, historias de piratas y una calma digna de un monasterio, pero más divertida.

Aleks Gallardo | Mayo 27, 2025

Poco importa que en 2025 el lujo sea viajar en jets privados o dormir en hoteles de siete estrellas: para multitud de viajeros, el verdadero placer contemporáneo consiste en poder contar que has estado en un lugar remoto. En Comino, con sus cuatro habitantes oficiales y su silencio monacal (solo roto por algún chapoteo solitario o por un turista despistado), la batalla por ser el primero en presumir de un lugar aún se puede ganar.

De todas formas, antes que una geolocalización exclusiva para viajeros sibaritas, Comino fue una guarida para piratas, contrabandistas y ermitaños. En el siglo XVI, la isla maltesa era un lugar donde nadie quería quedarse demasiado tiempo, salvo los caballeros de la Orden de Malta, que construyeron una torre defensiva para vigilar ataques otomanos. Hoy esa torre, la Torre de Santa María, se mantiene intacta, solitaria y orgullosa sobre una colina, desde donde se obtienen las mejores vistas de una isla minúscula y silenciosa que ha sabido convertir su aislamiento en virtud.

Las historias de ermitaños y piratas de Comino

A Comino nunca le han faltado leyendas extravagantes, como la del ermitaño que le dio nombre por la planta de comino silvestre que crece allí. El pobre hombre vivió en una cueva durante años, buscando tranquilidad absoluta. Eso sí es lujo minimalista. Pero si lo del ermitaño no convence como reclamo turístico, la alternativa es más apetecible: hasta el siglo XVIII la isla era una guarida perfecta para piratas que atracaban en las pequeñas calas escondidas, ideales para ocultar tesoros y pasar desapercibidos. Aunque, por más que uno busque, ya no quedan cofres llenos de monedas de oro (o eso creemos).

Comino también sirvió como prisión en varias ocasiones, aprovechando su carácter inhóspito. Durante las guerras napoleónicas, los franceses encerraron allí a los soldados enemigos. Un siglo después, durante la Primera Guerra Mundial, el aislamiento del lugar se aprovechó para retener prisioneros alemanes. Hoy, afortunadamente, sus únicas cárceles son las fotos que inevitablemente tomarás para conservar la belleza intacta de sus aguas.

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Torre de Santa María en Comino. Foto: Pho Tomass

Laguna Azul y otras playas que parecen Photoshop

La estrella absoluta es la Laguna Azul, cuyo nombre no engaña: el agua aquí tiene un azul eléctrico tan intenso que parece casi digital. La única decepción posible al verla en directo es descubrir que la realidad supera con creces lo que has visto en fotos.

Aunque la Laguna Azul es el imán turístico que atrae a visitantes desde Malta o Gozo (en pequeñas excursiones de día), la clave está en llegar temprano o quedarse después de las 4 de la tarde, cuando los turistas regresan y la laguna vuelve a su tranquilidad habitual. Otro lujo: tumbarse en la arena blanca sin multitudes, disfrutando de un baño privado mientras el sol se pone en el horizonte despejado.

Pero no todo es la famosa laguna. Hay rincones como Santa Marija Bay, con arena blanca, menos famosa e igual de idílica, perfecta para bucear sin que nadie te interrumpa. En Crystal Lagoon, sin playa, pero con un agua tan transparente que puedes contar los peces desde arriba, el snorkel es una experiencia que roza lo religioso. 

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La costa de Comino. Foto: Pixabay

De paseo por la isla más bonita del Mediterráneo

Recorrer Comino a pie no lleva más de una hora y media, aunque la mayoría tarda más por las pausas obligatorias para contemplar acantilados, hacer fotos o intentar divisar alguna tortuga marina. El sendero pasa junto a las cuevas de Santa María, pequeños recovecos de roca caliza que fueron refugio de pescadores. El paseo termina justo en la Torre de Santa María, donde el guardián suele estar encantado de contar alguna historia sobre la isla.

A pesar de su diminuto tamaño, la isla cuenta con una capilla (Santa María, por supuesto), testimonio de cuando había más monjes que turistas. Y en cuanto a alojamiento, solo hay uno, el Comino Hotel, sencillo y con aires retro, que cierra fuera de temporada alta. Otra razón más para sentirse privilegiado: dormir aquí es vivir el lujo de una exclusividad real, sin nada más allá que el silencio y el mar.

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Bañistas en las aguas más cristalinas del mundo. Foto: Pîxabay

TURIUM TIPS

Bucea en la Laguna Azul: llega temprano para evitar multitudes y disfrutar del azul más intenso que has visto jamás.
Sube a la Torre de Santa María: una pequeña caminata recompensa con vistas panorámicas y alguna historia pirata.
Explora las cuevas marinas en kayak y descubre rincones escondidos.
Relájate en Santa Marija Bay: menos turística que la Laguna Azul, ideal para tomar el sol en paz.
Visita la capilla de Santa María: pequeña pero encantadora, especialmente en agosto durante su tranquila fiesta patronal.