Esta ruta de senderismo termina en el mirador más impresionante de España: está en las Arribes del Duero, a 300 metros sobre el vacío
Así es el espectacular Mirador del Fraile en las Arribes del Duero. Foto: Fundación Patrimonio Natural Castilla y León.

Esta ruta de senderismo termina en el mirador más impresionante de España: está en las Arribes del Duero, a 300 metros sobre el vacío

Las Arribes del Duero, en Salamanca, son una obra maestra de la naturaleza que puedes contemplar a vista de pájaro gracias a este espectacular mirador sobre el precipicio.

Ángeles Castillo | Abril 27, 2025

Adentrarse en las Arribes del Duero es ya de por sí una aventura. Pero llegar hasta el Mirador del Fraile y asomarse al abismo alcanza un nivel de emoción a la altura de su vértigo. Tener la sensación de volar en tierra firme es posible gracias a la pasarela que proyectó el estudio de arquitectos de Brigitte y Daniel Hollegha a petición de la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León y que se hizo realidad en 2022.

Así es el Mirador del Fraile, en las Arribes del Duero

Un voladizo de 12 metros que cruza el aire, literal, sobre el Duero a nada menos que 300 metros. Esto significa que habrá mariposas en el estómago durante la tranquilísima ruta de senderismo que nos lleva hasta allí y que parte de la localidad salmantina de Aldeadávila de la Ribera, en la comarca de Vitigudino. Dicho balcón, con un ancho de 2,4 metros en su rampa de inicio y 1,5 en su punto y final, da la oportunidad de internarse en un privilegiado espacio natural protegido de una belleza agreste superlativa. El que dibuja este río que se encañona salvajemente de camino a Oporto.

texto alternativo
El mirador ofrece una visión única de los Arribes del Duero. Foto: Fundación Patrimonio Natural Castilla y León.

El mirador es ya en sí mismo un pequeño, pero osado recorrido que comienza con una pendiente continua de 6% de inclinación protegida por una barandilla. En su extremo presenta una abertura cubierta de rejilla de acero que ofrece como recompensa a los valientes una visión única del Duero. Desde luego, no es para cualquiera. No es la montaña rusa, pero tiene todos los alicientes de un parque de atracciones (natural). Con buitres leonados revoloteando y, si hay suerte, un águila perdicera, un alimoche y puede que algún que otro milano. Estos parajes suelen ser territorio de festival ornitológico.

La sensación vertiginosa se acrecienta cuando se divisa allá abajo la Presa de Aldeadávila. Dicen que la obra de ingeniera hidroeléctrica más importante de España en cuanto a potencia instalada y producción de electricidad. Pero la belleza salva sin dificultad este y cualquier abismo.

La ruta de senderismo más espectacular de Castilla y León

Pero el Mirador del Fraile, construido en acero corten, perfectamente integrado en el paisaje y recortando su silueta en cielo, no es único en su especie. Los miradores son también el alma de las Arribes.

El mismo Aldeadávila de la Ribera presume, por ejemplo, del Mirador de Picón de Felipe. Otro ventanal al que también te llevará esta ruta circular de 17 kilómetros que puede completarse en unas cuatro horas, sin paradas, fácilmente. Como curiosidad decir que, para los zamoranos, el parque es masculino mientras que para los salmantinos tiene nombre de mujer: los Arribes, las Arribes. Es lo que tiene compartir.

Una vez en marcha, con el calzado adecuado, la protección solar necesaria y la ropa de abrigo según la estación, se sale de la misma localidad de Aldeadávila, el corazón del Parque Natural, que se encuentra al noroeste de Salamanca, a unos 100 kilómetros concretamente, y es fronteriza con Portugal.

Primeramente, hay que tomar la carretera siguiendo la señalización de las Arribes hasta enlazar con una pista en dirección al Monte el Puerto, donde se coge un camino que va bordeando el cañón hasta llegar al Picón de Felipe, el primero de los dos miradores, donde la panorámica es sobrecogedora.

Si esto te parece una maravilla, espera porque aún hay más. Desde este primer mirador tendrás que alejarte del río en dirección al Llano de la Bodega para volver otra vez a las andadas y dar con el Mirador del Fraile, ahora sí. Aquí podrás dar por cumplido un sueño, ya lo verás. Más todavía si te cuelgas del cuello unos prismáticos y no pierdes de vista ni las descomunales paredes de granito ni las alturas.

Para la vuelta, con la emoción a cuestas, hay que tomar la senda que pasa por la Cruz de Valle el Candil, más al sur, y termina en Aldeadávila, el punto de partida. De esta manera, la ruta será circular, una composición en anillo, y más corto el regreso. Aunque siempre cabe la posibilidad de desandar el camino. No obstante, al Mirador del Fraile se puede ir en coche. De hecho, hay dos aparcamientos de los que sale un carril peatonal por el que alcanzar esta virguería arquitectónica sorprendentemente etérea, pues la cimentación está oculta, y echar un inolvidable vistazo.

TURIUM TIPS

El Duero es navegable, así que nada como embarcarse en un catamarán para recorrer estas apacibles aguas encañonadas y observar el majestuoso vuelo de las aves con un guía a bordo. Las rutas fluviales de El Corazón de las Arribes tienen una hora de duración. Tarifas: 18 euros para adultos, 12 euros (3-9 años) para niños. Los sábados y domingos a las 12 h. no falla.
El Hotel Rural Centro de las Arribes es una casona de Aldeadávila con 11 habitaciones, una de ellas en suite con jacuzzi y un balcón enorme. Además, hay tres triples, una cuádruple y una doble con entrada independiente. Desde 67 euros, desayuno incluido.
Para tapear y seguir conociendo los alrededores, el Bar Duero, en el mismo pueblo, no tiene rival. Y para cenar en plan más formal, El Zebadero, en el vecino Masueco. Sirven platos típicos: patatas machicadas con panceta, tostón cuchifrito o cordero guisado. Precio medio: 25 euros.