
Este palacio reconvertido en hotel boutique en Sicilia es el secreto mejor guardado de los viajeros que aman el lujo más vintage
Paredes con siglos de historia, habitaciones dignas de la nobleza y rincones fotogénicos a más no poder. Así es Palazzo Previtera, el hotel boutique siciliano del que no querrás que nadie más se entere.
Durante años, la aristocracia siciliana tuvo dos obsesiones: acumular riquezas y, sobre todo, mantenerlas ocultas del ojo curioso del pueblo llano. Pero como ya nadie se molesta en esconder cuberterías de plata bajo el suelo de mármol, el auténtico tesoro no está en la capital de Sicilia, ni en los templos ni en sus calas turquesas, sino en un palacio barroco transformado en hotel boutique del que aún nadie te ha hablado: Palazzo Previtera.
En Linguaglossa, al norte de Sicilia y con el Etna como telón de fondo omnipresente, este antiguo palacio ha sobrevivido a siglos de erupciones, terremotos y modas turísticas. Y sigue en pie no por azar, sino por el empeño de una familia que decidió no encerrarlo en una vitrina, sino abrirlo al mundo con la elegancia que solo Italia puede reivindicar sin sentirse mal.
Palazzo Previtera o el arte de restaurar sin borrar la memoria
La restauración del edificio, iniciada en 2023, no ha sido un lavado de cara. Cada techo decorado se ha restaurado respetando los materiales, colores y trazos originales. Nada de reinterpretaciones estilizadas ni de frescos reinventados: la filosofía ha sido clara desde el inicio. Había que honrar lo que los primeros arquitectos imaginaron.
En lugar de eliminar las cicatrices del tiempo, se han conservado con criterio. Las antiguas salas de barricas del nivel inferior, por ejemplo, se han reconvertido en espacios expositivos y aulas para actividades educativas con estudiantes de secundaria y universitarios. Porque este no es solo un hotel: es también un proyecto cultural en pleno funcionamiento.
El resultado es un conjunto exuberante, con una estética maximalista que abraza el más es más, pero sin caer en lo barroco por el mero efecto. Tapices, pinturas al fresco, brocados originales y papeles pintados del siglo XIX dan forma a una experiencia sensorial. Cada habitación tiene su propio color, su propia luz y su propia historia.

Del pasado al presente, sin intermediarios
Hoy, al frente del palacio está Alfio Puglisi, joven esteta siciliano y nieto de la antigua propietaria. Su proyecto es claro: devolver al Palazzo Previtera su papel como lugar vivo. Él mismo vive en una parte del edificio y comparte el día a día con los huéspedes, los artistas residentes y los colaboradores del centro cultural que ha florecido en paralelo al hotel.
Su intervención no ha sido invasiva, sino inteligente: a los pesados cortinajes del XIX se suman los sofás de los años 80 de Vico Magistretti, estanterías de acero que conviven con libros encuadernados a mano, y obras de arte contemporáneo —algunas creadas in situ por artistas invitados— que aportan acentos de fucsia, verde ácido o grafito sobre muros rosa empolvado.
Uno de los rincones más insólitos es la biblioteca secreta en un altillo, accesible por una escalera de acero que parece un atajo al pasado. Los baños son nuevos y cuentan con duchas de alta presión. Porque una cosa es amar la historia, y otra renunciar al confort.

El lujo de despertarse frente al volcán
Nada como desayunar en el jardín con el volcán Etna al fondo, lanzando columnas de humo. Una experiencia que redefine el concepto de "desayuno con vistas". Se sirve porcelana antigua, zumo recién exprimido, embutidos locales, quesos artesanales y una mermelada de pétalos de rosa elaborada en la casa.
Las habitaciones tienen nombres cromáticos y personalidades bien marcadas: la habitación burdeos con su papel pintado original de motivos florales, la rosa, la azul, la amarilla… Todas distintas, todas coherentes, todas generosas en metros, texturas y alma.
Si bien el palacio podría retenerte sin remordimientos durante días, el entorno también invita a salir: visitas a viñedos del Etna, paseos por Castiglione di Sicilia, baños en las playas cercanas o excursiones culturales por Catania y Taormina. Pero no hay prisa, déjate llevar.
