
Los hoteles boutique más pequeños para que tu experiencia sea más íntima que nunca
Los pequeños alojamientos tienen un encanto extra. Estos son algunos de los hoteles boutique en los que el trato, debido a su reducido tamaño, será más personalizado que nunca.
A la hora de viajar es normal que tengas un gran número de prioridades a la hora de elegir un hotel: limpieza, servicio, localización, instalaciones… En este sentido, los hoteles boutique (como la suite milanesa que reinventa los patios italianos) se han abierto paso al llegar mucho más allá que el resto: una propuesta única en el mundo, lujosa y excepcional, que sea capaz de conectar contigo a un nivel muy superior.
Es por esto que los hoteles boutique no son masivos, con 100 habitaciones por planta en un rascacielos, sino que su máxima es la intimidad de los huéspedes y su comodidad, haciéndoles sentir especiales y, del mismo modo, convirtiéndose ellos mismos en un lugar especial para aquellos que se alojan en él.
Estas son algunas de las razones por las que cobran especial interés, dentro de este sector, los hoteles boutique más pequeños, con muy pocas habitaciones. Esta lista recoge los más íntimos y novedosos alrededor del mundo.

A los pies de los montes franceses en La Maison du Passage, Francia
Se trata de un diminuto hotel de tan solo 6 habitaciones situado en un estrechísimo callejón del casco antiguo del pueblo de Martignargues, al noroeste de Nimes. De hecho, es muy cercano a la ruta de los 100 kilómetros más maravillosos de Europa. Se trata de un espacio completamente renovado, aunque sus partes datan del siglo XI, XII y XV. Las habitaciones tienen los techos abovedados dado que se encuentran en lo que antaño fue un pequeño callejón. De hecho, esa es la razón de que el hotel se llame así.
Su filosofía es que los huéspedes alcancen la más absoluta tranquilidad. Además, otro de sus tremendos atractivos es su enorme terraza en la azotea del histórico edificio, donde podrás disfrutar de una copa de champán a los pies de los montes de la cadena montañosa de Cevenas.

Encanto siciliano en Lùme Ortigia. Siracusa, Italia
Con vistas al mar Jónico, en uno de los corazones latientes de Sicilia, 6 habitaciones hacen las maravillas de sus huéspedes. Se trata de un hotel en un edificio histórico, un edificio familiar, aunque ha sido completamente reformado para no dejar de lado ningún lujo moderno.
Se encuentra en Ortigia, como se conoce al centro histórico de Siracusa. Como ocurría en el caso anterior, uno de los grandes atractivos de Lùme es su enorme azotea, desde donde podrás contemplar las aguas del Mediterráneo desde un punto de vista inmejorable. En ese momento, si te das media vuelta, verás elevarse el Etna, ese imponente volcán que ha maravillado y atemorizado a partes iguales el Mare Nostrum desde tiempos inmemoriales.
Cada una de sus 6 habitaciones, aunque decorada con respeto a la tradición siciliana, tiene un diseño completamente diferente, para que cada vez que te alojes en este hotel sientas una nueva experiencia, con un poco de suerte todavía mejor que la anterior.
Además, puedes que estás en Sicilia para hacer el recorrido por Palermo que hace Ripley en la nueva miniserie de Netflix.

Un concepto diferente: The Collective at Woolsery. Woolfardisworthy, Inglaterra.
En el condado de Devon, en el Reino Unido, se encuentra el más particular de los hoteles de esta lista. Se trata de lo que los italianos denominarían un “albergue difuso”. En el mismo edificio, de hecho, encontrarás el hotel, su pub y la oficina de correo (que mantiene todos los aspectos tradicionales del espacio, aunque ha sido reconvertida en una tienda de patatas fritas). En todos estos espacios se encuentran, al menos, una de las 7 habitaciones, suites o “cottages” (casitas de campo), cada cual con su particular personalidad.
Además, a muy poca distancia hacia el norte encontrarás los acantilados de Devon, donde la fuerza del atlántico choca con las milenarias rocas británicas.

La historia del Egeo ante tus ojos en Pnoēs Tinos. Tinos, Grecia
“Hay un lugar escondido como una gema en una pequeña isla griega llamada Tinos”. Es así como este hotel se autodefine. Un paraíso del que nadie ha oído hablar, donde solo los exploradores que por suerte acaben ahí tienen el privilegio de disfrutar. El hotel desecha la opción de las “habitaciones”, dado que considera que no son lo suficientemente buenas como para acoger a sus huéspedes y apuesta por el concepto de villas.
Del mismo modo, y al contrario que muchos otros proyectos turísticos alrededor del mundo, en vez de apostar por cantidad, en Pnoēs han apostado por calidad. Tan solo 3 residencias, ni una más ni una menos, con vistas al la unión del mar Egeo y el mar de Creta. Cada una de sus villas, con piscina privada en la segunda planta, a la que se accede (aunque no exclusivamente) desde la ventana del salón. Las islas griegas siempre han sido una tentación difícil de resistir, pero ahora mucho más.

Íntimas vistas al océano Atlántico en Pa.te.os. Portugal
Al sur de Lisboa, en Melides, podrás disfrutar del diseño del arquitecto Manuel Aires Mateus, que ha sabido aprovechar todos los encantos de la costa del Alentejo para crear una estancia que hace especial hincapié en el concepto dentro-fuera. Se trata de una unión entre los elementos exteriores, donde la naturaleza y el ambiente es esencial, con el interior más íntimo, donde un espacio exclusivamente íntimo te lleva a sentirte como en casa, con una tranquilidad absoluta.
Es por esto que cada una de las habitaciones dispone de su propio patio privado, separado del interior por una gran puerta de cristal, para conseguir unir esos dos mundos con una armonía que parecía inalcanzable.
No encontrarás una recepción, o espacios comunes (más allá de la piscina infinita, que si se comparte entre los huéspedes). El objetivo es que alcances la máxima relajación, y empieces a mirar hacia el interior. Un descanso total.
Las aguas termales de Muiño de Vega son un regalo de la naturaleza: tienen propiedades naturales y están rodeadas de vistas espectaculares.