El turismo lingüístico facilita conocer más profundamente los lugares que se visitan. Foto: Pixabay.

Las cinco claves del turismo lingüístico

Viajar a nuestro país para aprender el idioma es una actividad en auge. Y los beneficios que reporta son notables, como señala Eva Laguna, presidenta de la Federación de Asociaciones de Escuelas de Español como Lengua Extranjera (FEDELE). Entre ellos, genera ingresos, favorece la desestacionalización y pone en el mapa de destinos de interés a territorios menos transitados.

Virginia Lombraña | 27 Feb 2025

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Más que una moda. “El crecimiento económico y social de los países de habla hispana, la internacionalización, la cultura pop y estrategias muy bien desarrolladas por entidades como el Instituto Cervantes han contribuido a que en estos momentos se contabilicen al año, solo en los centros federados, más de 150.000 estudiantes extranjeros que vienen con este propósito”.

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Perfil del viajero. “El 57’65% son mujeres. Predominan los adolescentes (30’81%), aunque se consolida el target de 19 a 25 años (25,19%) y de 26 a 45 (24,38%). Los principales mercados emisores son Alemania, Italia, Francia, Estados Unidos y Reino Unido. La estancia media es de 4,63 semanas, y la provincia preferida, Málaga, seguida de Valencia, Madrid y Barcelona”.

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Fuente de ingresos. “Con un gasto medio en nuestro país de 750 euros por semana y alumno, se estima que la huella económica generada por los centros federados en el conjunto del país en 2024 superó los 520 millones de euros, un 28’37% más que en el ejercicio anterior. Una riqueza que va destinada a empresas locales, mercados, establecimientos de ocio, etcétera”.

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Palanca de inmersión. “El aprendizaje del español in situ no solo es un viaje de estudios, es una experiencia global. Regresan a sus países conociendo nuestro estilo de vida, ética, valores y todo aquello que nos convierte en un destino único. Consideramos que creamos embajadores de marca, auténticos enamorados de nuestras tradiciones y de nuestras localidades”.

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El reto. “Es preciso aumentar la colaboración público-privada en temas como los visados o las ayudas a la internacionalización de las empresas. Nuestros principales competidores son Argentina, México y Chile. No obstante, poseemos una situación privilegiada, tanto geográfica como geopolíticamente, a lo que debemos sumar el fuerte peso de nuestra cultura”.