Del Molitor a Les Deux Gares: estos son los cinco hoteles más coloridos de París
La oferta hotelera es cada vez mayor y es común pasarse horas, o incluso días, tratando de elegir el alojamiento perfecto. Te contamos cuáles son los hoteles de París más coloridos, para que tu estancia en la ciudad del amor sea absolutamente perfecta.
Situada al norte de Francia, iluminada por la Torre Eiffel y cruzada por el río Sena, se encuentra la ciudad del amor. Si los que han ido sueñan con volver, y los que aún no han tenido la oportunidad de recorrer el París más auténtico desean tener su primera vez, es normal que la búsqueda de los mejores hoteles de París mantenga entretenidos a aquellos que van a visitar la ciudad.
Cualquiera que se haya embarcado en la búsqueda de un lugar donde alojarse en la capital francesa habrá comprobado que las opciones son infinitas. Desde pequeños apartamentos hasta inmensos resorts con todo incluido, la oferta hotelera es inabarcable. Si lo que buscas es disfrutar de un edificio bonito, en el que poder descansar después de una cena en el río Sena, quédate, porque vamos a enseñarte los hoteles de París más coloridos y originales.
Molitor, entre los hoteles de París más coloridos
Con casi cien años, el Molitor puede presumir de ser uno de los hoteles más emblemáticos de París, aunque lo cierto es que en sus comienzos estaba muy lejos de ser el coloso que conocemos hoy, con más de 120 habitaciones en su interior. En el origen, este lugar era tan solo una piscina, pero no de cualquier tipo: desde su apertura en 1929 y hasta 1989, tuvo el privilegio de ser la piscina más popular de toda la ciudad.
Veinticinco años después de que los responsables del Molitor cerrasen sus puertas, el edificio renació como parte del grupo Accor Hotels. La transformación fue radical: los graffitis que habían cubierto la piscina cubierta durante sus años de abandono desaparecieron bajo una capa de pintura amarilla. Alrededor de la zona de baño abrió un spa, un restaurante, una azotea con vistas espectaculares y un centenar de habitaciones.
Decoradas más sobriamente que el resto del hotel, las mejores suites cuentan con vistas a la piscina interior. El color amarillo se cuela a raudales por la ventana y colorea algunos detalles: una silla en uno de los cuartos, y un cuadro o una sábana en otras. El minimalismo de la zona de noche contrasta con el resto del espacio, donde siempre queda sitio para piezas de Art Déco y colores llamativos.
Le Grand Mazarin, arte a raudales
Con menos de dos años de vida y situado en el barrio de Marais, entre galerías de arte y boutiques exclusivas, se encuentra el hotel Le Grand Mazarin. A la hora de diseñar este cinco estrellas de estilo clasicista, Martin Brudnizki se inspiró en los antiguos salones literarios. Así, dio forma al interior de las habitaciones, los espacios comunes y hasta la piscina abovedada y cubierta de pinturas al fresco.
Poco importa si admiras su fachada blanca desde fuera o si tienes la oportunidad de vislumbrar su colorido interior, porque en cualquiera de los casos pensarías que este hotel ha formado parte del barrio desde sus orígenes. Su aspecto se inspira en las residencias de la aristocracia, aunque sin perder cierto aire moderno.
Entre habitaciones tapizadas con alfombras coloridas, obras de arte contemporáneo y estampados imposibles, te sentirás como Alicia en el País de las Maravillas, pero sin necesidad de salir de París.
La Fantaisie, el hotel de los 70 en la actualidad
A tan solo quince minutos de la Estación de París Norte se encuentra La Fantaisie, un hotel de cinco estrellas que no puede hacerle más honor a su nombre. Aunque por fuera el edificio destaca por su fachada verde llena de ventanas y cubierta de plantas, todo palidece al compararlo con su cuidado interior.
Una vez cruzas la puerta, el alojamiento te saluda con un estallido de color en forma de sillones de terciopelo rojo, columnas pintadas con flores, cuadros de colores y suelos de madera recubiertos de alfombras. Su estilo, que recuerda al de la década de los 70, no deja indiferente a quienes hacen noche en las suites, que recuerdan a una casa de muñecas.
Tampoco pasa desapercibida la Amapola Dorada, el restaurante dirigido por el chef Dominique Crenn, ni el Golden Poppy, que destaca, además de por la comida, por las preciosas vistas al jardín, cuyas plantas se cuelan a raudales por las ventanas.
Les Deux Gares, el hotel de París más colorido
Sofás de color azul eléctrico que se recortan contra paredes pintadas de verde intenso, papeles estampados y baldosas que crean caminos en zigzag, guiando a los huéspedes hasta sus cuartos: así es Les Deux Gares.
El hotel de cuatro estrellas está ubicado en la calle del mismo nombre, a pocos minutos de la Estación del Norte y de la Estación del Este. Sin embargo, poco importa lo bien comunicado que esté con el resto de la ciudad, porque los que entran rara vez quieren salir, y no nos extraña, porque es muy difícil encontrar nada parecido.
Aprovechando una gran casa burguesa que permanecía abandonada en el corazón de París, el diseñador Luke Edward Hall creó un lugar ecléctico y divertido, donde el estilo de las películas de los años 60 convive con cuadros Art Déco y sillones de animal print.
Le Milie Rose, un paraíso de color rosa
Pocas canciones hay más francesas que La vie en rose, de la gran Édith Piaf, y pocos lugares hacen ver la vida de color rosa más que Le Milie Rose. Este cuatro estrellas, también cercano a Gare du Nord, es el paraíso para los amantes de los tonos pastel.
Prácticamente todo es rosa aquí, desde el papel de las paredes, hasta los cojines y la ropa de cama, pasando por los sofás de su zona de desayunos y las decoraciones de la recepción. La luz tenue del patio ilumina los aperitivos con destellos lilas, creando un ambiente íntimo perfecto para disfrutar en pareja.
Además, desde los balcones de las habitaciones puedes disfrutar de uno de los planes más parisinos que existen. Por supuesto, hablamos de tomar un croissant sentado en la terraza de tu cuarto, mientras el sol se pone sobre los típicos tejados de la capital francesa y el aire fresco te acaricia la cara ¿Acaso hay alguna manera mejor de vivir la vida en rosa?
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