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Las diferencias entre volar en business y volar en primera clase: estos son los secretos de los viajeros frecuentes
Business ofrece comodidad, pero first class es otra liga: suites privadas, champán y servicio VIP. Te contamos cuánto cambia realmente la experiencia, si vale la pena el sobrecoste y las diferencias clave.
Es una de las grandes disyuntivas del lujo en el aire. Como elegir entre un hotel de siete estrellas (sí, siete) y una villa privada en Maldivas: ambas opciones son excepcionales, pero una es claramente más exclusiva que la otra. Si en la clase business se viaja con comodidad, en primera clase se viaja con estatus. ¿Pero cuánto cambia realmente la experiencia entre una y otra? ¿Vale la pena el sobrecoste? Vamos a desglosarlo, sin florituras ni promesas etéreas de "descansar como nunca sobre las nubes".
La diferencias en el espacio
Si bien en business ya se puede volar completamente estirado, con asientos que se convierten en cama, la diferencia en primera clase radica en la privacidad y la amplitud. Business suele ofrecer butacas amplias con separación entre pasajeros, pero en first las aerolíneas apuestan por cabinas individuales cerradas, con puertas corredizas, paredes altas y, en algunos casos, hasta una cama separada del asiento.
Qatar Airways tiene su famoso Qsuite en business, que es casi un híbrido con first, mientras que Emirates en primera clase te ofrece una suite con minibar privado y puertas de suelo a techo. Singapore Airlines va un paso más allá con su cabina doble para que los pasajeros que viajan juntos puedan transformar su espacio en una habitación con cama king-size.
Air France, con su La Première, apuesta por un diseño minimalista con cortinas en lugar de puertas, pero con un nivel de servicio impecable que incluye un asistente personal. En resumen: en business se viaja muy bien, pero en first se viaja como un millonario.

La diferencia en el boarding dentro y fuera del avión
Otro aspecto donde se nota la diferencia es en el embarque y desembarque. Business ya ofrece acceso prioritario, facturación especial y salas VIP, pero first sube la apuesta con experiencias aún más exclusivas.
Algunas aerolíneas cuentan con terminales privadas exclusivas para pasajeros de primera clase, como la First Class Terminal de Lufthansa en Frankfurt, donde los viajeros pasan el control de seguridad en un espacio exclusivo y son trasladados a su avión en un Porsche o Mercedes. En aeropuertos como el JFK o Heathrow, muchas aerolíneas ofrecen servicio de escolta VIP para evitar filas y pasar el control de pasaportes con rapidez.
Una vez a bordo, en business recibes un buen servicio, pero en first te miman desde el primer segundo. La tripulación te acompaña a tu asiento, te ofrece una bebida de bienvenida (probablemente Dom Pérignon o Krug) y se asegura de que tengas todo lo que necesitas antes de despegar.

Del menú premium a la experiencia gastronómica
Aquí la diferencia es más sutil, pero sigue existiendo. En business, la oferta gastronómica es de alta calidad, con menús diseñados por chefs y una selección de vinos decente. En primera, la experiencia se convierte en un espectáculo gastronómico.
Mientras que en business el servicio sigue siendo de restauración de lujo (pero en versión "rápida" y con bandeja), en primera clase es más parecido a un restaurante a la carta. Los pasajeros pueden elegir cuándo y qué quieren comer, con platos preparados al momento y servidos en vajilla fina.
Otra ventaja de first es el servicio de bar a bordo. Algunas aerolíneas como Emirates o Qatar Airways tienen barras exclusivas para pasajeros de business y first, pero en aerolíneas como Etihad, en primera clase puedes pedir cócteles elaborados al momento desde tu asiento.
Extras que marcan la diferencia: pijamas, duchas y chófer
El lujo no es solo asiento y comida. En business ya hay detalles de calidad como neceseres con productos de marca, auriculares de cancelación de ruido y mantas suaves. Pero en primera clase entramos en territorio de excentricidad.
Algunas aerolíneas ofrecen pijamas de algodón de lujo (Qantas tiene unos diseñados en colaboración con Martin Grant), kits de aseo de marcas de alta gama como Acqua di Parma o La Prairie y, en los casos más extremos, hasta duchas a bordo. Sí, Emirates y Etihad permiten a los pasajeros de primera clase darse una ducha a 12.000 metros de altura en sus Airbus A380.

También está el factor del servicio personalizado. En first no eres un pasajero más: la tripulación te trata como a un VIP y muchas veces se dirigen a ti por tu nombre. Además, compañías como Lufthansa o Etihad incluyen servicio de chófer privado para llevarte al aeropuerto en coches de lujo, algo que en business generalmente no está incluido.
Qué opinas, ¿merece la pena pagar ese extra?
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